viernes, 6 de agosto de 2010

Sea verdaderamente más fuerte

Una de las cualidades de la salud más mal comprendida es la fuerza. Es hasta olvidada. Gran cantidad de tendencias y modalidades de ejercicio que se practican hoy van más dirigidas a la condición aeróbica o cardio-respiratoria. Se ve la fuerza como un componente no muy importante y se le presta poca atención. Y vuelvo y repito, se mal entiende esta cualidad.

Hoy día tenemos clases de aeróbicos, yoga (la versión de gimnasio), clases de spinning con sus bicicletas, salsa aeróbicos, merengue aeróbicos, zumba aeróbicos, las famosas clases de pumping- un híbrido (una fea amalgamación, diría yo) entre aeróbicos tradicionales y pequeñas pesas de 1-5 libras, clases con las bandas de goma, clases con el balón suizo (la bola grande de hacer abdominales), clases de kettlebells (me refiero a la versión americana, de gimnasio, dañada de los kettlebells), etc, etc.



El blanco o la tarjeta de estas modalidades es mayormente la mujer. A esta se le engaña (ya sea a propósito, o por puro producto de la ignorancia de los que promueven estas cosas) para que entre en estas actividades con la promesa de que estas clases le darán los atributos físicos buscan (cuerpo tonificado, menos grasa, etc.).

He sido testigo una y otra vez de la falta de eficacia de estas modalidades de ejercicio. Escribí hace unos días en forma de broma que deberían multar a la gente hoy día por dar clases de aeróbicos. Con esto no quiero socabar la forma de vida de muchos que hacen esto. Más bien expreso mi sentir hacia la falta de lógica y coherencia que manifiesta la industria del ejercicio, y como muchos, llego a la conclusión de que la base del negocio de los gimnasios suele ser la ignorancia de la gente.

Por otro lado tenemos los hombres. A estos se les vende otra impresión desde adolescentes mayormente a través de revistas: que para impresionar al género opuesto y mantener un estatus de superioridad (que suele ser algo de moda en mentes adolescentes y otras que nunca superaron la adolescencia) deben entrenar músculos separados en un afán de hacerlos cada vez más grandes.



Ahora bien, si alguien desea hacer entrenamiento para agrandar los músculos (como fisiculturismo), no hay nada de malo en eso, es una desición personal. Pero lo que suele pasar-y lo he visto un millón de veces-es que estos empiezan a entrenar los músculos más visibles (pecho, bíceps, triceps, hombros) y dejan de entrenar las partes del cuerpo con mayores funciones prácticas (serratus anterior, trapecio medio e inferior, glúteos, hamstring, vastus medialis obliquis). El resultado es músculos grandes poco servibles, falta de función y lesiones como el futuro si se sigue entrenando así.

Nunca olvidaré un joven de escuela superior que solía ir al gimnasio donde trabajé. De un verano al otro transformó su cuerpo de unas 140 libras a unas 210 libras sólidas. Esa hazaña me olió más a mi a la intervención de ciertas drogas como deca-durabolin (un esteroide popular), que a la disciplina y dieta. Sea como sea, el joven se veía bastante impresionante y con excesiva confianza en sí mismo.

Al verlo entrenar noté una falla y le quise enseñar una lección de humildad. En aquel entonces yo pesaba unas 165 libras, no muy sólidas (no muy aplicado a la disciplina entonces), por lo que estaba en desventaja aparente. Lo invité a hacer pull ups (barras) conmigo. La barra la lograba halar hasta el mentón. Le dije que debería hacerlo hasta el pecho. Nunca lo logró. Sus amigos se empezaron a reír pensando cómo no lo podía hacer. 



Yo simplemente dije: el está entrenando sólo lo que ve en el espejo, así que su espalda media es débil. Se sintió algo herido de ego (su cara lo decía), pero lo tomo a bien en forma de broma y siguió intentado. Intenté probar su paciencia aun más y amarré a mi cintura un plato de 45 libras y empecé a hacer el mismo ejercicio. El bajó su cabeza y preguntó qué estaba mal. Le enseñe un par de ejercicios para corregir el problema y se hizo mi amigo.

La gente suele pensar que la fuerza es un atributo en manos de un hombre musculoso, tosco. Los jóvenes varones creen que es una cuestión de ser un super-macho musculoso, altanero, soberbio, cuando en realidad ese tipo de personas suele ser débil. Muchos de esos tipos musculosos que usted ve en televisión o en Internet, en realidad son débiles en relación a la cantidad de masa muscular que poseen.

Y a las mujeres se les dice que no entrenen con mucho peso porque eso las haría masculinas y ellas lo que quieren es tonificar y bla,bla,bla.... mentira.

La fuerza es el atributo mecánico madre del cuerpo. No la resistencia aeróbica. La fuerza no necesariamente depende de el tamaño de los músculos. La fuerza es un atributo que nos viene por la eficacia del sistema nervioso. El amigo musculoso del gimnasio que mencioné, pesando unas 45 libras más que yo, tenía la misma fuerza en al menos dos ejercicios que probamos luego, y yo no estaba entrenando de forma consistente. Pero cuando lo hacía sabía la diferencia entre entrenar para hacer músculos o entrenar para cultivar la fuerza.

Las mujeres se beneficiarían más de entrenar para fuerza que con aeróbicos ya que las tareas del hogar suelen afectarlas en la espalda baja y los hombros, y esas zonas NO se corrigen con aeróbicos. Podrán tener también más fuerza funcional al hacer tareas agotadoras del hogar. Por último, alcanzarán la verdadera tonificación. Hacer un montón de repeticiones con pesas de una libra harán tanto efecto de tonificaión como querer achocar un elefante con un matamoscas. La verdadera tonificación se llama tono miogénico y se logra con mayores pesas (de un 75-95% de la capacidad de fuerza) y menos repeticiones. Y no, no hará que se vuelvan masculinas ya que la cantidad de testosterona de las féminas es tan baja. Si en algo crecen simplemente hagan menos en cantidad de repeticiones totales, y el crecimiento se irá.

Y para los varones también la fuerza debe formar parte de sus entrenamientos. Entrenar para fuerza hará que aumente la salud de los huesos, tendones, ligamentos y el sistema nervioso. Es sólo cuestión de no abusar y cultivar la fuerza, no hacer despliegues de ella para impresionar las muchachas que hacen ejercicio en el gym.

Ahora bien, todo esto de la fuerza física no es el verdadero tema de esta entrada. La mayor fuerza que debemos cultivar es la fuerza de nuestra mente. Podemos ser fuertes físicamente, pero si carecemos de fuerza mental, todo es debilidad. Si soy del tipo de personas que no logro controlar mi temperamento ni mis impulsos, carezco de la verdadera fuerza y debo cultivarla.

A una persona impulsiva, imprudente, imponente y temperamental, la solemos llamar fuerte de carácter, cuando la realidad es que es débil. La persona con verdadera fuerza de carácter es aquella que en situaciones de mucha presión logra canalizar todo el estrés y los sentimientos de auto-pena y agresividad de manera tal que mantiene el control.

El libro bíblico de Proverbios dice: "El que tarda en airarse es mejor que el fuerte; el que domina su espíritu, mejor que el que toma una ciudad".

Ahora bien, si se quiere fortalecer el carácter, qué se puede hacer? Bueno, entre muchas otras cosas (ya de índole espiritual) hay ciertos ejercicios que tienden a fortalecer el carácter, pero esos los veremos luego. También explicaré por qué la fuerza es el atributo madre y no el componente aeróbico. Por ahora acuérdese que la fuerza, tanto física como mental, es importante.

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