jueves, 16 de junio de 2011

El metabolismo, los fariseos y Jesús.



El tiempo de verano llegó junto con el calor casi insoportable para algunos. Y tradicionalmente es también la época en que la gente se acuerda que debió aguantar la boca en meses pasados... por nada que tenga que ver con la salud, sino más bien porque es la época de playa y la gente quiere lucir una figura esbelta.

Ante esto algunos intentan modificaciones de última hora buscando bajar de peso en una o dos semanas con planes locos como batidas especiales o dietas de jugos especiales, acai berry, etc.

Otros toman la ruta que oficialmente se considera la mejor: en vez de comer 3 comidas al día, van a comer 6 pequeñas meriendas para acelerar el metabolismo y quemar grasa!

MENTIRA OFICIAL!

"Mentira oficial" es como se suele llamar algo que se nos da - ya sea culturalmente o por los medios - como una verdad definitiva, cuando es sólo una contestación oficial, pero una gran mentira.

Los medios de comunicación, los científicos (no todos , pero sí muchos), y los "expertos" del fitness [llamados entrenadores personales] y ejercicio (muchos de ellos no culpables por su ignorancia), nos dicen que para acelerar el metabolismo tenemos que partir nuestras 3 comidas habituales en 6 a 8 porciones. Y todo es una gran mentira.

Es una mentira porque la comida es un campo de negocio que genera billones de dólares, y mientras más se puede hacer que la vida de la gente gire en torno a la comida, más dinero se genera. Funciona así: Te creamos una pirámide alimenticia que te diga qué comer. No te diremos que esa pirámide lo que refleja es cuánto nuestro sistema de agricultura puede producir según está establecido. La mayoría de lo que produce nuestro sistema de agricultura no está en sus estado natural, es refinado lo que hace que sea adictivo y ganes más peso. Otra corporación se beneficiará de esto vendiendo algún producto para bajar de peso pero sin dejar de comer según está en nuestra pirámide!. Con el tiempo desarrollas algo y vas al médico. El no te va a decir que dejes de comer alguna de las cosas que está en nuestra pirámide, pues está entrenado para decir que no debes privarte de ellas. En cambio te va a dar una pastilla o varias. Después de la visita al médico, vas a empezar a crear conciencia sobre la salud y vas a ir a un gimnasio. Te van a hacer firmar algún tipo de contrato. El entrenador te va a evaluar. Le dices que estas pensando comer menos para quemar algo de grasa, pero el te dirá que eso es un típico error, que si lo haces terminas dañando el metabolismo. Te va a vender unas batidas y te instruirá cómo comer 6 veces al día. Te dirá que en ciertos casos debes comer más para reactivar el metabolismo, etc...



Antes todo el mundo perdía grasa sólo comiendo menos y haciendo ejercicio. Ahora debes comer para hacer lo mismo. Que pasa aquí?
La comida es adictiva. Admitámoslo. Si paso un día sin comer no me va a pasar nada malo. Si tu te quedas encerrado en un cuarto con un canasta a tu lado que tenga algo que te gusta, y no te puedan sacar de ese cuarto en todo el día, lo más probable es que te acabes todo lo que estaba en la canasta. Si te preguntan por qué te comiste todo dirás que te dio hambre. Si te dicen que te ganaste un millón de dólares y que debes caminar varios kilómetros a pie para que el dinero sea tuyo, lo más probable vayas y vuelvas y no sentirás nada de hambre, a pesar de que hiciste esfuerzo físisco.

Como podemos ver, el hambre, es algo altamente emocional. La comida es un instrumento de retroalimentación. Si nuestro día es aburrido, carece de estímulos, nos va a dar hambre. En lo personal he descubierto que basaba mis días en el almuerzo. Ejemplo: haré tal y tal cosa después del almuerzo, esto como si las comidas fuesen ejes en los cuales basar u organizar las actividades del día.

Si nuestro día está lleno de estímulos, entonces podemos pasar gran tiempo sin hambre. Todo está en nuestra cabeza, es algo psicológico.

La gente suele ser adicta a la comida porque a gran escala muchas personas padecen de distimia o muestran signos de esta. La distimia es un trastorno del estado de ánimo (en palabras simples, algo parecido a depresión, sólo que la depresión es aguda y la distimia crónica). La gente se siente melancólica e hipoactiva (con ganas de no hacer nada). El sistema nervioso de una persona distímica encuentra algo de estímulo en la comida.

Pero la comida es un estímulo débil que debe ser repetido con frecuencia. No es así el ejercicio, un estímulo fuerte que puede durar días según lo fuerte de su efecto.

La mentira de las 6 comidas nos lleva a lo contrario que debemos hacer para tener una mejor salud: ayunar. La ciencia ha demostrado que el ayuno no baja el ritmo metabólico. En efecto, el metabolismo no baja aun después de 72 horas sin alimento. En sacar todo esto a la luz se han destacado dos personas dignas de admirar: el israelí Ori Hofmekler, autor del libro Warrior Diet, y Brad Pilon, autor del libro Eat Stop Eat.

Ambos exponen que el verdadero secreto para bajar de peso a la par que mejoramos la salud, está en el ayuno. El ayuno pone al cuerpo en un estado de reconstrucción. Comer 6 veces al día desgasta los órganos internos y crea una condición llamada estómago diabético. De paso la ciencia establece que periodos de ayuno le permiten al cuerpo consumir o degradar células cancerosas.

El ayuno es una práctica antigua. Es muy interesante, por ejemplo, la interpretación de una oración ostentosa de fariseo según Jesús la ilustro, pues permite ver cuán importante era para ellos el ayuno:

"Dios te doy gracias que no soy como los demás hombres, larones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana y doy el diezmo de todo lo que gano" (Luc.18:11-12).



La clase farisaica ayunaba por lo regular dos días a la semana, los lunes y los jueves, como parte de sus costumbres rituales. Los discípulos de Juan el bautista también ayunaban periódicamente (véase Mat.9:14-15; Mar.2:18-20; Luc.5::33-35) Ahora bien, en el caso de la costumbre farisea, Jesús no censuró ni juzgó el hecho de que ayunaban. De hecho, no habló mal del ayuno en sí, sino de la forma en que transformaban un acto sencillo de consagración en un acto de ostentación (véase Mat.6:16-18).

Jesús ayunó por 40 días. Recordemos que fue por una imprudencia cometida por Adán y Eva en cuanto a las directrices que Dios diera con respecto al comer, que nuestros primeros padres de esta raza cayeron. Su intemperancia fue la prueba de deslealtad. Y Jesús empezó su obra venciendo donde los primeros cayeron. Y qué tiene que ver esto con el metabolismo. Pues que si usted está gordo o pasado de libras, debe vencer primero en aquello en lo que cayo - en el comer - antes de poder progresar.


Esto significa que usted debe hacer dos cosas. Si espiritualmente se habla de "ayuno y oración", usted debe hacer "ayuno y ejercicio" (fisiológicamente hablando).

En los personal como unas dos veces en el día. Algunos días sólo una vez. Es mejor llenar el estómago con una mayor cantidad una o un par de veces antes que mantenerse comiendo el día entero. Y por la influencia de Ori Hofmekler y Brad Pilon, voy a incorporar el ayuno de forma semanal.

Más sobre los beneficios de esto luego...